La alameda vista en globo
Habéis pensado alguna vez, en lo que debe experimentar un aeronauta, en el instante de desprenderse de la tierra, arrebatado por el globo? Es una sensación extraña, desagradable: la idea de sentirse uno aislado en medio del espacio, hace contraer todos los nervios; el rápido movimiento de los objetos, que se hunden y alejan a la vista, causa mareo: es un verdadero vértigo. Pero en cambio, ¡cuán imponente, cuan magnifico, cuan esplendido, es el espectáculo que se presenta ante la vista del viajero, pasado aquel primer momento! El lenguaje humano carece de expresiones para pintar lo que el alma siente al contemplar de pronto un horizonte sin límites, al ver sobre la cabeza un cielo sin nubes, y a sus plantas la tierra, que ostenta sus galas como en un inmenso panorama de la alameda de la ciudad de México. Un grito de admiración y de asombro se arranca entonces del pecho! Una vista de altura Mirad: desde el punto en que estamos percibís algunas de las fuentes y varias calles. No es verdad...